martes, 26 de octubre de 2010

Dicha, silencio, susurro y consuelo.

¿Cuándo fue que aprendiste a volar sobre mis ojos e iluminar mi caminar? A expandir lentamente esas blancas plumas por entre los rascacielos de esta antiquísima ciudad. Una visión inigualable, sin duda.
Según me dijiste, ni caminar sabias. Ni amar podías. Ni arrollar pensamientos viejos sacados de mi mente simple.
Hoy irónicamente caminaste al volar. Caminaste al sentir las entrañas de la tierra y volaste para vigilar nuestra actuación para con ella.

Dicha, silencio, susurro y consuelo.

La noche cae lentamente y el sol se disipa en el horizonte rojizo como mis mañanas al abrir los ojos a tu lado.

¿Dónde llevar los restos que se escaparon por entre los dedos de nuestros abuelos?
Tanto tiempo estuvimos viendo sus manos maniatadas mientras jugábamos al héroe en la escuela. Era todo tan simple, todos eran tan buenos y generosos.

Hoy ni siquiera nos quedan restos a los cuales llorarles una tarde lluviosa bajo un paraguas totalmente negro. Sólo nos queda ese humo del que toda la ciudad está hartamente impregnada. Humo desagradable que irrita la piel y saca lágrimas bobas de los ojos.

¿Acaso los susurros nos han abandonado? Ya no hay algo que nos haga soñar con sexo apasionado, ya nada nos ata a la piel del otro.

Nacimos del fracaso, y lo otro o los otros nos redimen a lo largo del camino.

¿Por qué es tan sencillo que aparezcas en mis sueños?
Mi redención está en ti.  Conocí la verdad a través de la cobardía que me provocaste. Nací de ti por mis contradicciones y los papeles que representaba acurrucado en tus muslos. Actor fúnebre del amor común. Tarima tambaleante por el sobrecupo de los hermanos parias.

Todos han ya desaparecido. La noche y el frío los tomaron desprevenidos. Los tomaron cansados y tan hartos del sol, que cuando éste se fue, llegaron como Saturno y los engulleron al sonido de los vientos helados de la madrugada.

Mientras tanto, yo, aquí sentado, pienso en ti y en la forma como miras a lo lejos.

Bien, todo puede irse al infierno, ya he hecho bastante.

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